No pasé el cerrojo
a mis ojos
las falanges
no alcanzaron más
que a las telarañas
que sujetaban mis venas abiertas
cocktail de viuda negra.
El frío recorre mi espalda;
se desliza a mi entrepierna
ya adormecida
con el susurro
de una radiola
girando en mi lóbulo temporal
acetato rayado.
Es muy tarde
para ponerse a contar
las gotas de lluvia
diremos que esta muy
húmedo el pasto y la madre selva
bien crecida;
demasiada cuerda
para un reloj de bolsillo;
luna rota.
Al ocaso de una amapola
que cierra en exabrupto
sus tímidos pétalos;
crujen los huesos
espina dorsal en fragmentos,
ya no podré correr la maratón
hacia el calvario.
Posiblemente iré
pedaleando hacia la Luna
con las patas de una gacela
que tomaré a préstamo;
el cual pagaré
en cómodas cuotas
con un plazo máximo
hasta el fin de los días.
PcWolf.
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