Como claveles moribundos de sepulcros
el olvido destajando sus pétalos pálidos
la arena del reloj con un llanto formaba barro
y aparecía ella al cuarto verso de este relato…
El tiempo se hizo eterno como rieles de sueños
el sonar fue un acorde del caer de una pestaña
mis ojos no veían más que gotas dulces agrias
que a la cuarta emigrante eclipsaba mi ventana…
Mis hombros soportaron el humo de tres cigarros
los pulmones se llenaron con esporas de pesares
la miré surgir terrorífico espectro del mismo suelo
siempre en mi miedo al cuarto ángel maldito rezo…
Hoy ausente de las sombras y extraña ya su voz
su presencia fue suplicio la herejía de un recuerdo
éxtasis de cuervos revoloteando en mal tiempo.
Fue en la cuarta luna que apareció y no volvió…
PcWolf.