Nadar sobre el caudal de la ciudad
dejarse atrapar por un canto extraño;
tararear,
divagar,
escuchar
los lamentos crípticos de alcantarilla
el vacío de la pena colándose por la rejilla
y seguir, seguir la triste vena globular de faroles.
Avanzar,
olvidar,
encontrar,
allá, donde el codo parece quebrarse y la luna se esconde
allá, donde el poste lucha contra la gravedad y se inclina en soledad,
allá están las sirenas en las aceras
envueltas en brumas salinas; de aquellas que salan heridas;
de aquellas que hipnotizan caricias,
lujurias,
deseos,
sexos.
Sirenas en las aceras, cantando números verdes,
naufragando en olas de frío…
Consumiendo la madrugada a humo de cigarrillo…
PcWolf.
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