Cruzaba el páramo una brisa gélida;
la niebla ruaba el pasto mustio;
la luna surgía y el aullido a lo lejos
predecía su llegada en la noche de enero.
Noche de aves nocturnas, acróbatas
silentes ideaban la eterna huida,
litúrgico beso tatuaría la luna
en cumbre alta se encenderían las pupilas.
Y se diluirán mil estrellas
que descenderán cual colmillos
de lobeznos enfurecidos
aclamando su venida, la jauría reunida.
Llegaron las horas al filo de la navaja,
la danza de los cuerpos y su alianza de sangre.
Aullidos y gemidos despojaron la luz de plata
centellearon en sus cuerpos el eco y sus bramidos.
Desfilaban cual hadas hipnotizadas;
platas melenas por el bosque
a cada trote un enigma y la huella
de un lucero que se teñía de sangre.
Bullían las sombra diamante noche, clavada
duda en las pupilas la pasión evaporaba.
Quedose insertados en yugular los dientes fieros,
y una daga correspondió al corazón del enemigo amado.
Azulaurora & PcWolf.
son tus versos como esa daga de doble filo la que multiplica tu palabra en tantísimos sentidos
ResponderBorrarel amor dictado con tus aullidos que como esa daga
atraviesa el tiempo y la distancia
atravesando por mis pupilas y penetrando mi alma.
Caramba! Cuánta poesía en su comentario estimada... esto es un dueto lo escrito con azul son los versos de una amiga los de color gris son los mios gracias por dejar tu valiosa huella en este escrito.
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