Desde tu vientre inerte,
donde otros; no alcanzarán
la dulce opción de no vivir
pues flotan en nubes
los hijos que nunca tendremos,
riéndose de lejos
me verán envejecer
en falsas esperanzas,
en el camino solitario
que conduce al panteón de los recuerdos
en el que solíamos hablar de amor
hasta recibir nuestra ducha de luz de luna,
secándonos al viento gélido,
meciéndonos con la madrugada
entre escarchas tristes que adornaban tu cabello,
danzábamos entre cuervos
al compás de flores marchitas
que cantaban sus delirios
y sólo yo; podía escuchar
el violín de tus mejillas,
los campanarios lejanos,
la muerte susurrando sobre tu hombro,
el réquiem del alba
y tu alma despidiéndose
de esta hermosa oscuridad;
brindándole la última sonrisa
a esta vida que decide vestirse siempre de negro.
PcWolf.
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